En una noche histórica para el fútbol de clubes, el Bayern Múnich firmó una goleada sin precedentes al vencer 10-0 al Auckland City en la primera jornada del Grupo C del nuevo Mundial de Clubes de la FIFA, disputado en el TQL Stadium de Cincinnati.
Tú puedes ver gratis cada partido del Mundial de Clubes de la FIFA en DAZN. Suscríbete.
El resultado no solo evidenció la diferencia de nivel entre ambos equipos, sino que también estableció un nuevo récord de victoria más abultada en este torneo internacional, superando el 6-1 que logró el Al-Hilal ante Al-Jazira en 2022.
Desde el primer minuto, el conjunto bávaro impuso condiciones. Apenas habían transcurrido cinco minutos y 19 segundos cuando Kingsley Coman, con un cabezazo tras asistencia de Jonathan Tah, marcó el primer tanto del partido. Fue también el primer gol en la historia de este nuevo formato del torneo.
Una exhibición de poderío y profundidad
Aquel fue solo el comienzo del festín ofensivo. El 2-0 llegó al minuto 17 con un gol del lateral Sacha Boey, quien marcó su primera diana con el Bayern tras una asistencia de Coman. Un minuto y medio después, Michael Olise anotó el 3-0 y, al minuto 21, Coman repitió para el 4-0.
La primera mitad terminó con un demoledor 6-0. Thomas Müller y nuevamente Olise, con un zurdazo desde fuera del área, ampliaron la cuenta mientras Harry Kane, pese a intentarlo, se quedó sin celebrar gol en el primer tiempo.
Ya con el partido sentenciado, Vincent Kompany aprovechó para dar descanso a sus figuras y darle minutos a los jóvenes. Lennart Karl, de apenas 17 años, hizo su debut con el primer equipo. En paralelo, regresaron a la acción Jamal Musiala y Dayot Upamecano, quienes venían de lesiones prolongadas.
Musiala, ausente desde abril, celebró su regreso con tres goles en apenas 16 minutos (del 68 al 84). El último tanto del partido lo anotó Thomas Müller, cerrando un 10-0 sin compasión.
El Bayern, que ya había ganado este torneo en 2013 y 2020, mostró profundidad de plantilla, precisión táctica y una clara intención de volver a coronarse.
Para el Auckland City, campeón de Oceanía, el encuentro fue un suplicio. Encerrados desde el primer minuto, los neozelandeses no lograron inquietar a su rival ni defenderse con orden. La diferencia fue abismal.