Home Deportes La máquina de hacer felices… (Último tango, opinión)

La máquina de hacer felices… (Último tango, opinión)

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Pese a sus serias dificultades económicas (solo la terrible escasez de combustibles es un incordio cotidiano, hay que hacer cuadras y horas de cola para cargar gasolina), sus diferencias políticas, raciales y otras hierbas, Bolivia se durmió exultante el martes y amaneció radiante el miércoles. El triunfo sobre Brasil por 1 a 0 no supuso su clasificación al Mundial, aunque al menos entró al repechaje. Una forma de seguir en carrera, de sentirse vivo y dentro del mundo. Y después de estar virtualmente en estado de coma al comienzo, despertó y luce saludable.

El termómetro de la autoestima nacional pegó un salto hasta el tope. Los acordes de la maravillosa cueca “Viva mi patria Bolivia” sonaban en la radio, en la televisión, en los negocios. Muchísima gente con la camiseta verde y todas sus variantes, incluidos los conductores y periodistas de TV.

Selección Colombia Foto:Juan BARRETO / AFP

Lo mismo se advertía en Ecuador, en las tribunas del estadio Monumental, la euforia por ganarle a Argentina y terminar bien alto, de la mejor manera la eliminatoria, generaron una euforia de esas que se inoculan en el alma. Todos se sintieron ecuatorianos durante noventa minutos. Ídem sucedió en Paraguay, que un año atrás futbolísticamente era un velorio y ahora es un carnaval.

El fútbol está pegado y cosido a la identidad nacional y al sentido de pertenencia. Ninguna otra actividad genera esta pasión, esta mezcla de emoción y orgullo cuando se alcanza el éxito. Y la eliminatoria potencia esos sentimientos como ninguna otra competición. Son las implicancias sociales de este juego. Es el menos flemático y el más generoso de los legados que los ingleses han dejado a la humanidad. Tan generoso que no nos han cobrado ni un penique por derechos de autor. Semejante descuido de su parte –y tamaño invento– los exculpa de todas las fechorías cometidas, por los siglos de los siglos.

El fútbol no necesita de porristas ni de fuegos artificiales ni de promoción, de nada… se basta con su juego para ser el espectáculo más transversal y penetrante del mundo. Le sobra con su arte, su vértigo, su volcán emocional, su imprevisibilidad, su carácter.

Bolivia Foto:AFP

Realismo. La felicidad va por un lado, la realidad por otro. Legítimas ambas. Hay que decirlo: Bolivia consiguió su repesca con una eficacia de apenas 37 por ciento y un saldo negativo de goles de menos 18. Más: 17 de sus 20 puntos los consiguió en la altura. Pero debe ponderarse una actitud proactiva de su federación: al llegar la Copa América (junio 2024), la Verde iba penúltima con tres puntos; tras una Copa desastrosa en la que perdió sus tres partidos, dio un golpe de timón, cambió el técnico (asumió Óscar Villegas), trasladó su sede del Hernando Siles al estadio de El Alto (4.150 metros) y renovó su plantel. Puso jóvenes. Le salió el sol. Tan positivo resultó que logró 17 puntos y alcanzó a subirse al último vagón del tren.

Segundo… Con gusto a primero. La eliminatoria tiene ganador, aunque no campeón. De modo que ser segundo no duele como ser subcampeón. Al revés: tiene sabor a satisfacción, a campaña grande. Lo de Ecuador es otra vez consagratorio, aunque debemos caer en lo de siempre: su defensa de oro, capaz de aguantar lo que sea. Esa muralla consiguió la mejor marca de imbatibilidad de las clasificatorias sudamericanas de todos contra todos: 5 goles en 18 partidos. ¡Es estadísticamente descomunal! Hay que pensar que Venezuela en un solo juego ante Colombia recibió seis. En el durísimo choque ante Argentina, muy caliente, Ecuador no le permitió al campeón del mundo crearle una sola situación de gol.

Histórico. Brasil terminó quinto, en la peor clasificatoria de su historia, en la que apenas obtuvo el 51,8 por ciento de los puntos. Perdió 6 juegos, entre ellos los dos ante Argentina y con ribetes especiales: el 0-1 en Maracaná fue la primera derrota de local en 71 años de eliminatorias; la segunda, 4-1 en Buenos Aires, la más abultada.

Ecuador vs. Argentina. Foto:EFE

Urgencia. “Le quedan nueve meses para enamorar a la torcida”, dice Cahê Mota, analista de Globoesporte, de Brasil, refiriéndose a Carlo Ancelotti. En ese lapso tendrá apenas seis amistosos de preparación y debe encontrar un funcionamiento. En el mismo sentido, Carlos Eduardo Mansur, también del Grupo Globo, analiza: “A Ancelotti le sobran opciones en ataque: Raphinha, Estêvão, Luiz Henrique, Martinelli, Kaio Jorge, Vinícius Júnior, Matheus Cunha, Rodrygo, Richarlison… la lista es extensa, todos ellos entre los 18 y los 28 años, siendo la gran mayoría menores de 25. El desafío será ensamblar las características”. Vuelve Cahê Mota: “Con la clasificación finalizada, Brasil ahora tiene más de qué preocuparse. La derrota en El Alto queda a cuenta de la altitud. El quinto puesto en la clasificación no”.

Agradecer… La actitud con que jugó Colombia su último compromiso, estando clasificado. Salió muy seriamente a enfrentar a Venezuela, como correspondía. Le hizo seis y sepultó las suspicacias.

Tapado. A Luis Javier Suárez lo habíamos visto una tarde jugando en el Almería y nos pareció interesante. Luego le perdimos el rastro, y ahora rompió la piñata con los cuatro goles a Venezuela. Justo en la última fecha. Obligó al técnico. ¿Cómo hace Lorenzo para no anotarlo en la lista de viajeros a Estados Unidos?

Luis Suarez celebra con Colombia. Foto:AFP

Épocas. Venezuela es el único sudamericano que no fue a un mundial. Pero nunca se hizo problema por ello. Recibía goleadas crueles, estrepitosas y nadie se molestaba. Todo ha cambiado. Avanzó tanto que le resultó intolerable quedar fuera del 2026. Hasta Nicolás Maduro dio una conferencia y exigió la salida del DT Fernando Batista. “El fútbol se masificó y casi que desplazó al béisbol como deporte nacional. Tenemos con qué competir, llegar y ganar, así que hay que corregir lo que haya que corregir”, bramó el presidente.

Tesoro. Lionel Scaloni es el mayor hallazgo en un siglo y medio de fútbol argentino. El 8 de septiembre cumplió siete años como técnico albiceleste y lo hizo agregándole otra gema a su collar de perlas: ganó la eliminatoria. La suma al Mundial, las dos Copa América y la Finalissima (Copa de Campeones Conmebol-Uefa). Le cambió el humor al país futbolero.

Figura. La eliminatoria deja un nombre para el futuro: Miguelito Terceros (Bolivia), 21 años, un nuevo Etcheverry. En su primera clasificatoria hizo 7 goles, todos valiosos: el 1-0 para vencer a Brasil, dos a Chile, uno para ganar en Santiago y otro para derrotarlo en El Alto; el tercero en la goleada de 4-0 a Venezuela; el sensacional a Colombia después de hacer pasar de largo como conos a Lucumí y Castaño y clavarla en el ángulo opuesto. Lejos, el mejor gol de la competencia por belleza y grado de obstáculo.

Miguel Terceros Foto:EFE

Uno lo ve cien veces y le sigue gustando. No es un “zurdito”, es un zurdo finísimo, inteligente y picante. Es delgadito, pero no se achica. Contra Brasil tuvo la responsabilidad del penal. Tenía al país sobre los hombros, que le imploraba que lo metiera. No falló. Puede triunfar en Europa sin problemas.

Increíble… Como si le faltara alguna marca, a los 38 años, Messi se coronó goleador del Premundial con 8 anotaciones. Y faltó a varios partidos. Es el futbolista que más veces se coronó máximo artillero de un torneo en toda la historia: 31. Sigue siendo el brillante creador de juego, el pasador genial, y además se da maña para llegar a la red. “Sí, pero les hizo los goles a Bolivia, Perú, Venezuela y Ecuador”, dice un amigo peruano. Todos jugaron contra Bolivia, Perú, Venezuela y Ecuador, ¿por qué no aprovechan y les hacen goles los otros?

Jorge Barraza

Para EL TIEMPO

@JorgeBarrazaOK

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