París Saint-Germain tuvo hasta piedad del Real Madrid. Pudo ser una goleada histórica y prefirió regular y cuidarse para llegar entero a la final del Mundial de Clubes. El tiquete lo selló con tres goles en la primera media hora del partido, un 4-0 que igual fue categórico y que mantiene a los dirigidos por Luis Enrique soñando con el título.
En el Chelsea, que clasificó 24 horas antes a la final, deben estar tomando nota y precauciones para ver cómo frenan a este PSG que, salvo la sorpresiva derrota contra Botafogo, viene aplastando a todos sus rivales desde la final de la Champions. Esta vez no fue la excepción.
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Desastre del Real Madrid y fiesta del PSG desde los primeros diez minutos
La catástrofe del Real Madrid comenzó muy temprano. Apenas iban seis minutos cuando Raúl Asencio cometió un error grosero que le costó caro a su equipo: perdió una pelota en su propia área por intentar salir jugando y Ousmane Dembele se la quitó para tocarla atrás y ver cómo Fabián Ruiz anotaba el 1-0.
PSG vs. Real Madrid Foto:AFP
Luego, a los nueve, ya con el Real Madrid jugado en busca del empate, Dembelé aprovechó otro grosero error, esta vez de Antonio Rüdiger, que no pudo controlar un balón y dejó al atacante listo para aumentar la ventaja.
Xabi Alonso había planteado un partido con tres delanteros y bajó a Fede Valverde a la defensa, en lugar de Trent-Alexander-Arnold, con la idea de complicar al rival y quitarle la pelota. No hizo ni lo uno ni lo otro.
Y más bien, el uruguayo fue el sacrificado en el tercer gol, a los 24, el último que intentó frenar ese tren del PSG que se lo llevó por delante, porque Achraf Hakimi ganó su banda y tocó al centro para que Fabián Ruiz completara su doblete.
PSG vs. Real Madrid Foto:AFP
Ya en la segunda etapa, PSG reguló y cuidó titulares y el Madrid cayó en el desespero de no poder atacar en medio de esfuerzos individuales sin sentido.
Los niveles individuales del Real Madrid son preocupantes. Lo de Kylian Mbappé es entendible por los problemas físicos que acarrea tras la gastroenteritits que lo llevó a una clínica al comienzo del Mundial. Pero hay otros que no se entiende por qué andan tan mal, como Vinicius, que terminó siendo el primer cambio, o como Jude Bellingham, que tuvo uno de sus puntos más bajos de su carrera en el club blanco.
«PSG es un club con un proyecto ya hecho, nosotros apenas estamos empezando. No nos encontramos en el campo. Lo más grave fue encajar el 3-0 antes que el descanso. El rival está en un nivel muy bueno y lo hemos sufrido nosotros. Hay muchas cosas que queremos hacer mejor, hoy duele», intentó explicar el técnico Xabi Alonso.
Cuando el campeón de Europa quiso acelerar, hizo daño. Y así llegó el 4-0, conseguido por Gonçalo Ramos a los 87, tras una habilitación de Bradley Barcola, y con un momento emotivo al dedicarle el tanto a Diogo Jota.
Seguramente, en Chelsea deben estar revisando el partido entre PSG y Botafogo para ver cómo logró controlar a esta tromba llamada París Saint-Germain. Lo del equipo de Luis Enrique fue aplastante y hasta piadoso, contra un Real Madrid que tiene muchas cosas para revisar de cara al futuro.
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