Pocos cupos para tanta gloria… (Último tango)

Tal vez Conmebol debería pedirle a la Fifa que le rebaje los cupos mundialistas de 6,5 a 3,5, como antes. Que se los den a otros. Buena parte del periodismo sudamericano estaría encantado. Porque legiones de colegas están escandalizados de que puedan ir siete equipos al Mundial si es que Bolivia gana su repechaje. “Es una vergüenza”, claman. “Dentro de poco van a ir los diez sudamericanos”. Preguntamos: ¿y cuál sería el problema? 

Muchos cronistas quizás desearan que se vuelva a las tres plazas y media, como hace cuarenta años, y a las viejas eliminatorias por grupos. El hombre de fútbol no quiere cambios, deplora lo nuevo, vive abrazado a la Edad de Piedra.

El Mundial de 48 equipos parece en principio una exageración

El mejor ejemplo fue justamente cuando las eliminatorias pasaron de jugarse divididas en zonas (duraban un mes y medio) al sistema de todos contra todos, que las tornaron apasionantes. El rechazo de la prensa fue absoluto.

La eliminatoria suramericana a todos contra todos ha sido un gran negocio para la mayoría de las federaciones desde los 90 con la explosión de la TV. Cobran fortunas. Y les permitió crecer a algunas selecciones por la competencia permanente, cuando antes se armaban unos días antes para participar”, señala el colega argentinovenezolano Edgardo Broner. 

“Ahí Ecuador empezó a ir a los mundiales y Venezuela a competir de tú a tú. El dinero inicial de la TV era porque recibían a Brasil y/o Argentina. Los 10 títulos mundiales nos dan la fuerza para sostener los cupos y los puntos que sacó Bolivia fueron frente a estas selecciones, no ante San Marino o Tahití. Con todos los peros a nuestra dirigencia, fue muy bueno que ganaran esa pelea por los cupos allá por los años 90, mientras las otras confederaciones reclamaban que Sudamérica tenía un porcentaje de participación demasiado alto”.

Tal cual, se nombraba un técnico un mes o quince días antes de una Copa América o un premundial, este convocaba jugadores y a competir. Improvisación pura. Desde el todos contra todos se trabaja continuadamente en períodos cuatrienales y hay entrenadores fijos. Y todos evolucionaron. Sobre el tema de las plazas para los mundiales, cada vez que en la Fifa se discutía cuántos para acá y cuántos para allá, los demás continentes se quejaban de que Suramérica tenía un porcentaje muy elevado: “Van cuatro selecciones sobre diez, un cuarenta por ciento, es demasiado”, objetaban.

El Mundial de Clubes también les cayó a muchos como piedra en el hígado, pero resultó un éxito notable en diversos aspectos. Ni hablar del VAR, cuya implantación originó las críticas más feroces de la historia. “El fútbol ha muerto”, decían. Desde luego, si hoy hubiese un partido sin VAR casi no tendría sentido que se juegue. Y decenas de innovaciones más que fueron combatidas, pero terminaron siendo beneficiosas. 

El Mundial de 48 equipos parece en principio una exageración, sin embargo, deberíamos esperar que se juegue primero y luego opinar.

Ese número –48– originó un nuevo reparto de lugares mundialistas. Ahí todos los continentes acrecentaron su participación. Sudamérica, tantas veces perjudicada, recibió los actuales 6,5. Algo que casi enojó a nuestros comentaristas de fútbol. Lo consideran desproporcionado por tener Conmebol solo diez asociaciones. “Que puedan clasificar al Mundial 7 de 10 (70 por ciento) es exagerado”, comenta un querido amigo ecuatoriano. Y lo argumenta: “Suramérica en los mundiales estuvo veinte años sin ganar títulos y los que ganan títulos son solo tres selecciones (una no es campeona desde hace 75 años, otra hace 22 y la otra se tardó 36 años)”. Sigue: “No por eso debe tener menos plazas, porque además cuenta con dos potencias como Argentina y Brasil, superhistóricas y candidatas siempre, estén como estén. De esas 10 selecciones de Conmebol hay una que no ha clasificado nunca a los mundiales (Venezuela) y otra que recién en el siglo XXI llegó a un mundial (Ecuador, ausente en los 16 torneos del siglo XX). Que un equipo paupérrimo como Bolivia pueda clasificar no es cosa de Bolivia, que simplemente aprovecha las reglas del juego como lo haría cualquiera. Ganó el 37 por ciento de los puntos que disputó, metió menos de un gol por partido, pero está con vida y nadie le puede reprochar aquello porque son las reglas del juego y las puso la Fifa. Si para el Mundial 2030 siguen usando el inflador, eso implicará que los cupos para cada confederación sigan subiendo.

¿Podrían ser 10 de 10 de Conmebol? Ya no se llamaría eliminatoria lo que sea que jueguen”.

Buen punto. Pero merece aclaración. Europa tiene cinco países campeones mundiales (Alemania, Italia, Francia, España e Inglaterra), pero con 55 miembros, representan el 9 por ciento. En Suramérica son apenas diez asociaciones, pero tres son campeonas mundiales (Uruguay, Brasil y Argentina), o sea el 30 por ciento. 

No olvidemos tampoco que tanto España como Francia son campeones relativamente nuevos. Y si sumamos títulos olímpicos, juveniles, futsal, fútbol playa y demás, Sudamérica arrasa. Y el aspecto más importante: las estrellas que dio al fútbol mundial un continente y el otro. Sudamérica arrasa de nuevo. Un continente con 16 Balones de Oro. No es necesario precisar de dónde surgieron Pelé, Maradona y Messi, los tres dioses de este juego. Son quienes generaron miles de millones de aficionados. Y cincuenta genios más. Europa está lejos de eso.

Si analizamos por méritos y no por número de países, esos 6,5 lugares hasta son pocos. Podrían ser 7 u 8 directos. Y si fueran los 10, lo tendría merecido. África dispondrá para este Mundial 2026 la increíble cuota de 9,5 puestos. Es verdad que son 54 asociaciones, no obstante, es un continente sin triunfos internacionales en mayores.

 Y cuando los tuvo en menores fueron sospechados de presentar jugadores pasados de edad. Asia (45 países miembro), que nunca ganó nada ni dio un supercrac, tendrá 8,5 cupos. No es todo, Concacaf podría tener hasta 8 selecciones en la Copa: 3 por ser anfitriones, 3 por clasificatoria y dos por repechaje. Europa (55) mandará 16 selecciones en forma directa, sin repesca.

De modo que América del Sur, la región que más ha aportado al fútbol (por títulos, pasión y cracs), tendrá la menor representación junto a Oceanía (1,5). Si Conmebol recibiera un tributo mayor, podría modificarse la eliminatoria para mantenerla atractiva, tal vez más corta, y dar lugar a una Liga de Naciones, como se juega en Europa y en Concacaf.

Nuestra eliminatoria no solo es la más difícil por los largos viajes y las cuestiones climáticas y geográficas, también porque todos los rivales son difíciles, incluidos Bolivia, Perú, Venezuela. Ni Argentina ni Brasil ni Uruguay lograron vencer a la Vinotinto en Maturín en esta última clasificatoria. 

En Europa hay cinco selecciones poderosas y con tradición ganadora: Alemania, Italia, Francia, España e Inglaterra, a las que podrían agregarse Holanda, Portugal, Bélgica, Croacia. Son pocas, pese a ello la Uefa arma 12 grupos y no mezcla a ninguno de ellos para que puedan clasificar sin problemas. Y si algún grande tiene un resbalón y queda segundo, hay una repesca como tabla de salvación. Es de una facilidad escolar conseguir el boleto mundialista. Y los Cristiano Ronaldo y los Mbappé hacen goles a mansalva a los Luxemburgos, Chipres y Maltas.

Y cuando llegue el Mundial, las tres hinchadas más numerosas serán las de Argentina, Brasil y Colombia. La cuarta, México. Sin duda, Conmebol debería ir al próximo congreso de la Fifa a pedir más lugares. Se los ha ganado largamente.

Jorge Barraza

Para EL TIEMPO

@JorgeBarrazaOK