Once Caldas sigue poseído por el espíritu del campeón de la Copa Libertadores 2004. El equipo de Hernán Darío Herrera tuvo personalidad y venció en medio de condiciones difíciles a Huracán para alcanzar, por primera vez en su historia, los cuartos de final de la Sudamericana.
Fue un partido durísimo para el Once Caldas, con una pelota que parecía un jabón y una cancha que recibió litros y litros de agua y que era más para navegar que para jugar.
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El intercambio de golpes, al comienzo, fue futbolístico: a Huracán le anularon un gol por fuera de juego y luego pasó lo mismo con un tanto de Dayro Moreno.
Los argentinos lograron igualar la serie gracias a un inocente penalti de Juan David Cuesta, que bajó en una esquina del área a Juan Bisanz. Matko Miljevic le rompió el arco a James Aguirre y Huracán se ilusionaba, a los 39 minutos.
Huracán vs. Once Caldas Foto:AFP
Pero allí apareció la leyenda. Dayro Moreno, el único sobreviviente del plantel que ganó la Copa Libertadores, que fue campeón continental a los 18 años y quiere volver a serlo rozando los 40, anotó en la siguiente jugada tras el gol de Huracán, cuando Michael Barrios sacó del arco a Hernán Galíndez con una gambeta para luego centrar y poner a celebrar al máximo artillero colombiano de la historia.
El partido era cada vez más favorable al Once Caldas. Bisanz le metió un codazo a Juan David Cuesta y el árbitro Paulo Zanovelli, VAR mediante, le sacó la tarjeta roja.
Huracán vs. Once Caldas Foto:AFP
Hasta que, finalmente, el equipo colombiano, con el espíritu del que ganó la Libertadores hace 21 años y con la camiseta negra que fue una cábala exitosa de los dirigidos en su momento por Luis Fernando Montoya, pasó de largo.
A los 65, cuando la pelota ya corría un poquito más, Iván Rojas, que acababa de ingresar, metió un buscapié al área que rozó en Luis Sánchez antes de caerle a Barrios, que tuvo tiempo para pensar dónde iba a poner la pelota. Golazo y 1-2 para el Once.
Huracán vs. Once Caldas Foto:AFP
Ahí, el partido se le salió de las manos a Zanovelli, que tardó ocho minutos en darse cuenta de que Miljevic intentó ahorcar a Mateo García luego del gol.
Luego se armó una pelea que el juez no fue capaz de parar por falta de personalidad y que luego intentó resolver echando a dos jugadores que no tenían nada que ver. El VAR lo evitó.
Faltaba un acto más de Dayro, de esa leyenda viviente del Once, que, en el minuto 88, recibió en el área tras un extraordinario contragolpe y un frenazo de Jefry Zapata para abrirle todo el espacio. 1-3 y partido liquidado.
Huracán vs. Once Caldas Foto:AFP
Los jugadores de Huracán fueron pésimos perdedores y desde el 1-2 estaban buscando camorra ante la pasividad del árbitro, que dejó pegar lo que quiso y tampoco hizo nada cuando comenzaron a lanzarle cosas desde la tribuna a Aguirre.
Zanovelli se pasó de riguroso y dio nueve minutos de reposición, aunque luego hizo la lógica y acabó el partido.
Algunos dirán que fue un juego típico de Copa. Hubo policía en la concentración, golpes, peleas… Pero el Once Caldas puso fútbol. Y con eso está entre los ocho mejores de la Sudamericana.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
@josasc