Atlético Nacional goleó 3-0 a Nacional de Uruguay en el debut en la Copa Libertadores, una demostración de jerarquía y de talento individual que se conocía de sobra en el fútbol colombiano y ahora se ha visto para toda Suramérica. 

El verde se impuso con autoridad pero con aplomo, sabiendo esperar al momento indicado para asestar el primer golpe y pasando derecho después, a fuerza de despliegue físico y de un una ambición que lo ha llevado a ser el campeón de todo en el medio local. 

Y en ese escenario fue Marino Hinestroza la gran figura, con gol y doble asistencia y una gran claridad para entender el juego y tomar decisiones acertadas.

Marino, pleno de confianza y ganas de ir por más

Fiel a su estilo, el joven jugador habló en la zona mixta de todas sus sensaciones tras un debut tan positivo. 

«Supimos tener la tranquilidad para llevarlos de un lado a otro, los goles empezaron pro una banda y terminaron por el otro», reveló, con total franqueza, el chico, dando una que otra puntada a sus rivales para lo que viene.

«Sabíamos lo que nos estábamos jugando, lo que conlleva jugar este torneo, para la gente que está muy ilusionada. Es el fruto del trabajo día a día y gracias a Dios pudimos empezar con pie derecho», añadió.

Marino, fiel a su estilo, no se pone techo: «Quiero más, esto para mí no es nada. siempre quiero más. Ahora a entrenar para jugar el sábado con la ayuda de Dios».

Sabe que la vitrina internacional magnifica sus acciones, pero recuerda que este Nacional ha hecho antes grandes exhibiciones: «hemos tenido partidos muy buenos, hemos hecho muchos goles, contra Fortaleza y Santa Fe, fue lindo porque fue Libertadores, lo hace especial», afirmó.

¿’Sincericidio’ le costará en el futuro?

Sin embargo, al cierre de su atención a los medios de comunicación dejó una frase más que a algunos les sonó a soberbia y a otros a suficiente autoconfianza.

Al ser consultado por este nivel que lo llevó a la Selección Colombia y la posterior decisión de Néstor Lorenzo de no darle ni un minuto contra Brasil (2-1) ni Paraguay (2-2) en la más reciente doble fecha de Eliminatorias, dijo lo primero que vino a su cabeza. 

«Yo siempre me dedico a jugar hermano, no juego para Lorenzo ni para nadie, juego para mi familia, para mi equipo que me sustenta día a día y mis compañeros que merecen lo mejor de mí así como ellos dan lo mejor para mí. Tengo claro eso, no juego para nadie», afirmó.

Es una declaración sin duda honesta y desde el corazón. Pero no es ideal para un recién convocado que intenta acomodarse como habitual en los planes de una Selección Colombia y eso seguramente alguien se lo habrá hecho notar.

A sus 22 años es dueño de una tremenda confianza y eso explica sus palabras, pero también valdría un poco más de prudencia para entender los momentos, pues el actual, en plena crisis de resultados, no parece ideal. No todos los entrenadores gestionan igual tanta honestidad. Habrá que ver como lo tomará Lorenzo…

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